martes, 13 de noviembre de 2007

Los canales de comunicación interna ayudan a eliminar las usinas de rumores

Generalmente se dice que el salario es lo que define la permanencia o no de un trabajador en una empresa. Pero, cuando eso deja de ser el objetivo central, entran en juego otras condiciones laborales, entre la empresa y su capital humano. En este aspecto, la compañía podrá solicitarle al empleado que haya cierta contraprestación (objetivos de venta, calidad del servicio y compromiso con la tarea encomendada) por lo que se paga. Del mismo modo, el trabajador requerirá que se mejoren ciertas condiciones laborales. La falta de comunicación interna lleva a que muchas organizaciones no alcancen el nivel de expectativas que tenían al iniciar el año, tanto de un lado como del otro del mostrador. “Es un déficit tremendo que existe en varios sectores de la economía y, por eso, resulta imprescindible que las empresas desarrollen programas proactivos de comunicación interna entre los ejecutivos y el resto del personal”, señala a LA GACETA, Antonio Di Génova, experto en Relaciones Públicas, Comunicación y Marketing. El especialista disertó en esta ciudad sobre “Las nuevas gestiones de comunicación para la mejora de las empresas”, un ciclo organizado por la agencia de comunicaciones integradas de mercado Amerika MD&A. Di Génova considera que, pese a los avances tecnológicos, no todas aplican canales de comunicación interna para el logro de sus objetivos. En este contexto, agrega el especialista, surgen lo que comúnmente se denominan usinas de rumores, que, en definitiva, atentan contra la propia organización. “Usualmente, esas compañías no toman en cuenta lo que piensa su capital humano. En ese contexto, no logran difundir cuáles son sus metas y ni qué esperan de su personal. De igual manera, los empleados tampoco pueden planificar su carrera, porque necesitan saber qué sucederá con ellos en dos o tres años más”, señala Di Génova. Así -expresa- nace la usina de rumores, “sobre algunos datos que se consideran reales pero que, en definitiva, generan confusión”. ¿Cómo acabar con esas prácticas? Di Génova sugiere a las empresas usar plenamente la tecnología, de tal modo que, tanto la empresa como los empleados puedan expresar sus objetivos. Y esos canales pueden ser: un servicio de intranet, el e-mail, revistas internas (house organ), blogs (una suerte de diario cronológico o de bitácora); wikis (una página que puede ser usada y modificada por varios usuarios) y hasta el simple pizarrón en el que se dejen ideas, proyectos o sugerencias. Otros casos El experto señala, no obstante, que estos sistemas no servirán si en la organización cunde una insatisfacción generalizada y sustentada en la política salarial, porque predispone al personal a no tomar iniciativas. En el caso de las pequeñas o medianas empresas y hasta las empresas familiares, Di Génova considera que funcionan mejor las relaciones interpersonales. Por esa razón, el uso masivo de la comunicación interna puede darse en empresas con más de 10 empleados en su plantel de personal o que tengan sucursales en otras ciudades. El especialista está convencido de que un diálogo período entre los ejecutivos y el resto del personal contribuye a mejorar el clima laboral. “No hay que esperar a que exista una crisis para hablar con el personal, sino regenerar el ambiente de diálogo para que -uno y otro sector- trabajen en pos de los objetivos de la organización de manera coordinada”, indica. En el fondo -apunta Di Génova-, una empresa que aplique técnicas saludables de comunicación interna tendrá más posibilidades de mostrar a su público la calidad de los productos o servicios que venden y eliminar los costos ocultos de insatisfacción laboral y comercial.

Fuente La Gaceta





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